Wikipedia

Resultados de la búsqueda

Historia

En el comienzo habían dos planos de existencia: el plano "de encima" y el plano "de debajo" (encima de la tierra y bajo ella, se supone). El plano de arriba era gris, sin vida. Estaba dominado por los dragones inmortales, los cuales llevaban ahí desde el mismísimo comienzo de la existencia. El otro plano era el "plano de la Oscuridad". No había luz y todos los seres que residían en este plano vivían en completa oscuridad.



En algún momento (el momento exacto se desconoce), apareció la Primera Llama. Esta llama iluminó la oscuridad del plano inferior, y todos los seres que habían estado tanto tiempo sumidos en la misma sintieron curiosidad y se despertaron. Cuatro de esos seres, los cuales en el futuro pasarían a llamarse "Gigantes", descubrieron un gran poder dentro de la Llama. Este poder se conoce como las Grandes Almas del Señor. Los cuatro gigantes que se hicieron con este poder pasaron a llamarse: Nito, su alma representa la muerte; La Bruja de Izalith y sus hijas, su alma representa la vida; el Señor Gwyn, su alma representa la luz... y el Pigmeo Furtivo, el ser más enigmático de los cuatro, su alma representa la oscuridad. Este último mantuvo su descubrimiento en secreto y desapareció hasta más adelante.



Mientras el Pigmeo desaparecía, Gwyn, que se había posicionado como el líder de los Gigantes, declaró que la Primera Llama era más poderosa que lo que había en la superfície, y con esa idea convenció a todos los demás Gigantes de que había que comenzar una guerra contra los dragones por el control del primer plano. Sus razones son bastante cuestionables, muchos creen que lo hizo por puro deseo de conquista. De este modo, Gwyn, Las Brujas de Izalith y Nito salieron a la superfície con sus ejércitos y juntos destruyeron a los dragones. Los dragones al principio parecían no tener ninguna debilidad, pero uno de los dragones, Seath el Descamado (nació sin escamas), que había sido víctima de constantes abusos por parte de sus hermanos debido a su peculiar naturalidad, traicionó a los dragones y desveló su debilidad a cambio de permanecer vivo y conseguir más poder. Las escamas eran lo que hacían a los dragones inmortales, y los rayos eran su mayor debilidad. Con esta información, Gwyn y sus legiones utilizaron sus milagros de rayo para arrancar las escamas, Nito desató sus torrentes de enfermedad y muerte contra las carnes desprotegidas, y la Bruja de Izalith (con la ayuda de sus hijas) utilizó sus magias de fuego para destruir los hogares de los dragones. La magia de almas no existía por aquel entonces, y la magia de fuego era una versión muy rudimentaria y mucho menos caótica de las piromancias que se desarrollaron más adelante.



Habiendo destruido a prácticamente todos los dragones ancestrales, Gwyn y el resto de los Gigantes celebraron su victoria y así comenzó la era de la Luz. Los Gigantes se asentaron en su nuevo hogar, la superfície, y empezaron a desarrollar su civilización. Se construyeron palacios, aldeas, fortalezas, etc, todo bajo el mandato del nuevo Rey Gwyn. Seath, el dragón Descamado, recibió tres obsequios por su decisiva ayuda en la batalla: un fragmento de la Gran Alma de Gwyn, el título de Duque, y su propio palacio, cerca de Anor Londo (la capital del imperio), en el cual estuvo mil años investigando las propiedades inmortales de las escamas de dragón. Consiguió hacer avances en su investigación y hasta logró hacerse inmortal, pero era imperfecto.



Nito, el Primero de los Muertos, se apartó de la sociedad, creando su propio imperio bajo tierra. Las Brujas de Izalith también se mantuvieron bajo tierra, y fue allí donde se establecieron y donde más adelante crearon su civilización, conocida como "Izalith". El imperio de Gwyn prosperó en la superfície. Tuvo tres hijos: el primero, un gran guerrero que había heredado el poder de su padre, fue exiliado a las lejanas tierras de Astora, y su título de deidad le fue arrebatado. Los gigantes se establecieron como seres superiores, y los humanos que aparecieron más adelante (ahora explicaré el por qué de su existencia) los adoraban como a auténticos dioses. El primer hijo fue exiliado; la segunda fue una niña, Gwynevere, que pasó a convertirse en la Reina de la Luz Solar y Gwyndolin, el hijo más joven, fue criado como una mujer debido a su actitud femenina y su extraña pasión por la luna y sus facultades mágicas (atribuidas normalmente a las mujeres). Pero la família de Gwyn ocultaba un gran secreto, un miembro más la existencia del cual era desconocida para la mayoría.



Seath, el dragón Descamado, en un momento indefinido se topó con Gwynevere, la hija de Gwyn, y se "enamoró" de ella. Su verdadero deseo era experimentar con ella, crear al híbrido perfecto. Decidió hablar con el rey para intentar convencerlo. Le dijo que la creación del híbrido gigante/dragón traería la paz definitiva entre los Gigantes y los descendientes de los dragones ancestrales. Gwyn cedió ante los argumentos de Seath, y así el dragón se llevó a Gwynevere a su palacio, comenzando prácticamente al instante el proceso de embrionaje.

La primera parte terminó con Seath y Gwynevere empezando el proceso de embrionaje. Esto se prolongó durante meses, era un no parar de sufrimiento tanto para Gwynevere como para Seath. El dragón utilizó la magia que había desarrollado mediante sus estudios y la catalizó mediante cristales mágicos para acelerar el nacimiento y potenciar a la cría con propiedades que la hiciesen inmortal. Llegó el momento y Gwynevere terminó dando a luz. Esta se sintió aliviada, ya que pensaba que su sufrimiento había terminado, pero Seath no compartía su opinión. Estaba traumatizado. Después de varios meses de trabajo constante tenía todas sus esperanzas puestas en el bebé, pero la cría resultó ser muy distinta de la que él se imaginaba. La cría tendría que haber nacido con escamas de cristal recubriendo su cuerpo entero, dándole así la inmortalidad Y la inmunidad al rayo, pero solo consiguió desarrollar escamas en su cuello. Seath empezó a volverse loco llegados a este punto, pero el verdadero problema estaba por llegar. A medida que crecía, Priscilla (este fue el nombre que se le dio) empezó a desarrollar unas habilidades muy "extrañas". Gwyn y Seath imaginaban a un híbrido completamente inmortal, un símbolo de la vida, pero Priscilla no solo era mortal sino que también empezaba a mostrar habilidades que QUITABAN la vida. Su simple tacto podía ser mortal para los seres más frágiles, y esto aterrorizaba a Gwyn, ya que sabía que si dejaba que su poder fuese en aumento terminaría por desarrollar la capacidad da matar a los Señores.




Artorias por aquel entonces formaba parte de la élite de caballeros de Gwyn. Eran 4 y generalmente se los calificaba como "los caballeros más fuertes del reino". Estos caballeros eran: Ornstein el Matadragones (arriba/izquierda), considerado el líder de la élite, el caballero supremo que ayudó a Gwyn en la batalla contra los dragones ancestrales; Artorias, Caballero del Lobo (arriba/derecha), famoso por ser el mejor luchador cuerpo a cuerpo de todo el reino; Ciaran, la Hoja del Señor (abajo/izquierda), que eliminaba a los enemigos de Gwyn gracias a su maestría en el arte del asesinato y el subterfugio; y Hawkeye (Ojo de Halcón) Gough (abajo/ derecha), un gigante (de verdad) que se dio a conocer por ser el arquero más formidable de todo el reino. Era capaz de acertar a dragones en pleno vuelo a distancias kilométricas gracias a su precisión sobrehumana y su enorme arco.



Gwynevere, todavía encerrada en la torre de Seath, tenía un único método para comunicarse con el exterior: Ciaran. La asesina de élite del Rey era una muy buena amiga de la princesa, y era esta la que transmitía los mensajes entre Gwynevere y Artorias (del que Ciaran estaba presuntamente enamorada). Velka, la madre de Gwynevere, no podía permitir que su hija permaneciese durante mucho más tiempo en esa torre, así que pidió al caballero Artorias que la dejase huir. Artorias siempre fue un caballero leal a Gwyn, hasta el día de su muerte (más adelante) pero, conocedor de las atrocidades que Gwyn había permitido que se hicieran con su hija/nieta (y siguiendo también su sentido de la caballerosidad/justicia), decidió acceder a la petición de su antigua Señora. Gwynevere escapó, pero antes de desaparecer para siempre (no se vuelve a saber nada sobre la "verdadera" princesa) le pidió un último favor a Ciaran: ayudar a su madre en su misión para proteger a Priscilla.

Su misión era muy sencilla: Velka pediría al famoso pintor "Ariamis" que crease un cuadro imbuido con magia, el cual serviría como portal hacia un mundo imaginado por el artista, y este cuadro sería llevado a una catedral dentro de Anor Londo con la ayuda de la Asesina. Este cuadro se transportaría con la tapadera de ser un cuadro conmemorativo de la princesa Gwynevere, recientemente desaparecida, pero su verdadero propósito sería el de esconder a su hija en su interior. El cuadro fue llevado a la catedral y Ciaran creó la orden de los Guardianes de la Pintura (la armadura de los cuales se asemeja a la de Ciaran) para proteger este portal.



Cuando Priscilla fue escondida y Gwynevere y Velka escoltadas lejos del reino, Ciaran confesó su culpabilidad a Artorias, el cual también había tomado parte en todo el proceso. Se empezaron a distanciar del resto de caballeros, sintiéndose culpables por traicionar a Gwyn, y así comenzaron a entablar una muy buena amistad entre ambos (algunos dicen que llegó a más).

Pero Gwyn no era tonto. Tras la desaparición de su hija empezó a desconfiar de todo el mundo, y al final terminó por descubrir la verdad...



Ayer dejamos la historia con Ciaran y Artorias, que después de ayudar a Gwynevere y Velka fueron descubiertos por Gwyn. Como era de esperar, Gwyn enfureció y quiso desatar el infierno contra ambos. Artorias, que le había cogido cariño a su nueva amiga, dio un paso hacia delante y se echó toda la culpa a si mismo para salvar a Ciaran. El plan surtió efecto, y el Caballero del Lobo fue el único condenado. ¿Su castigo? Viajar a la lejana tierra de Oolacile para enfrentarse cara a cara con la oscuridad del Abismo, el cual se estaba expandiendo a un ritmo alarmante. Gwyn sabía que Artorias le seguía siendo leal, y Artorias sabía que adentrarse en el Abismo era una sentencia de muerte, así que, sin más palabras, el Caballero recogió sus cosas y partió rumbo a Oolacile, lugar que terminaría siendo su último lugar de reposo. Para explicar el origen del problema de Oolacile tenemos que volver atrás en el tiempo, cuando el imperio de Gwyn todavía estaba en proceso de construcción.



La pregunta de la que partimos para explicar los acontecimientos de Oolacile es la siguiente: ¿qué fue del Pigmeo Furtivo? ¿Recordáis al último de los Cuatro Señores?



El Pigmeo encontró una de las cuatro Grandes Almas, el Alma Oscura. Desapareció durante la Gran Guerra entre los Gigantes y los Dragones, pero su pequeña excursión no fue nada divertida.

En algún momento entre la Gran Guerra y su llegada a Oolacile, el Pigmeo consiguió fragmentar su Gran Alma en infinidad de trozos. Estos trozos pasarían a llamarse "Humanidades", y son estas las que acaban dando vida a los huecos que antes habitaban el plano "de abajo" (el que fue iluminado por la Primera Llama). Todo tipo de seres terminaron consumiendo las Humanidades, y así aparecieron los humanos y similares. Habiendo ocurrido esto, el Pigmeo llegó a las tierras de Oolacile. La ciudad estaba habitada por una pequeña civilización de seres humanoides afines a la magia (de ahí que más adelante el jugador encuentre a una gran cantidad de hechiceras). No se sabe a ciencia cierta qué ocurrió, pero el Pigmeo recibió un colgante de plata al que cogió mucho cariño (supuestamente regalado por una mujer con la que mantuvo una relación (¿?)). Aunque no sabemos quién fue la persona que le regaló el colgante, lo que sí sabemos es que la relación entre el Pigmeo y esa persona enfureció a los habitantes de Oolacile. La escuela de Hechiceras, que tenían el poder en esa sociedad, encerraron al Pigmeo en una celda, y ese suceso marcó un antes y un después en la vida del Señor (portador o ex-portador de una Gran Alma).

Secreto: (Pincha para leerlo)




El Pigmeo, llamémoslo "M", encerrado en la celda, fue víctima de torturas diarias y fuertes daños psicológicos. Las hechiceras venían a su celda todos los días, siempre igual de enfadadas, y algunas de las torturas por las que hacían pasar a "M" son indescriptibles. Algunas veces llegaban a herirlo de manera mortal, pero al final del día siempre utilizaban sus magias para curarlo. Lo único que mantenía a "M" sano (psicológicamente) era el colgante, el cuál había escondido para que no se lo arrebataran. Estaba claro que ese colgante era muy importante para él, y por eso las Hechiceras se lo arrebataron al descubrirlo.



"M" se volvió completamente loco. Empezó a golpear una de las paredes de su celda sin descanso, desesperado por salir de esa jaula. Un día, "M" empezó a escuchar voces provenientes del otro lado de la pared. Le llamaban, querían que llegase hasta ellas. "M" siguió golpeando y golpeando y ,un día, la pared se derrumbó. Lo que había al otro lado aterrorizaba a "M", pero las voces le estaban llamando y no tenía a dónde ir. Con esto en mente, "M" salió de su celda y se adentró en la profunda oscuridad del Abismo. Sí, lo que había al otro lado de la pared era la más completa oscuridad.



Pasó el tiempo y de la oscuridad surgió un ser muy poderoso. Este ser pasaría a llamarse Manus, el Señor del Abismo (ya veis por dónde van los tiros). Este había sido consumido por la oscuridad, y su ira aumentaba por momentos. Utilizando el boquete de la celda de "M" (guiño, guiño), Manus desató la oscuridad en Oolacile y sus alrededores. Todos los habitantes fueron consumidos por el Abismo, transformándose en seres oscuros que seguían las órdenes de Manus (al ser consumidos por la oscuridad del Abismo, todos los practicantes de magia desarrollaron una nueva magia conocida como la Magia Oscura). ¿Y qué pasó después de la victoria de Manus? ¿Lo celebró? No, el Señor del Abismo seguía enfurecido, pues su objetivo nunca fue la destrucción de Oolacile. Lo que Manus buscaba era un colgante plateado al que tenía mucho aprecio...



Volvemos al "presente". Artorias ha llegado a Oolacile, ahora corrompida por el Abismo. Al Caballero lo acompañaba su siempre fiel amigo Sif, el Lobo Gris. No era más que un cachorro, pero su ferocidad en el combate llamó la atención de Artorias y vió en él a un ser muy honorable. Ambos atravesaron Oolacile sin muchos problemas, Artorias era el mejor espadachín del reino al fin y al cabo. Juntos llegaron hasta la celda que separaba a Oolacile del Abismo, pero Ciaran apareció antes de que se adentraran en su oscuridad. La Asesina se sentía culpable por no decir nada y dejar que todo el peso de la culpa recayera sobre Artorias, quería acompañarlo en su último viaje. Pero el Caballero del Lobo se negó, afirmando que tenía que hacerlo solo, y así se despidió de su buena amiga para acto seguido partir rumbo hacia lo desconocido. Ciaran respetó los deseos de Artorias y no le siguió. Nadie sabe que ocurrió exactamente en el Abismo durante el tiempo que estuvo dentro el Caballero y su fiel amigo. Lo único que sabemos es que ambos fueron abrumados por el poder del Abismo y Artorias fue a enfrentarse a Manus él solo, dejando atrás a Sif, al cual había protegido con un milagro antes de despedirse. Le dio su espadón y desapareció en la oscuridad.



Avanzamos un poco en el tiempo. Seguimos en Oolacile. Artorias, ahora bajo la influencia del Abismo, sale de la oscuridad y siembra el caos en la ciudad. Mata a todos los seres que se cruzan en su camino, tanto humanos como sirvientes de Manus. En algún momento cercano a este suceso, Manus consigue encontrar y raptar a la princesa "Anochecer de Oolacile", la cual había escapado de las garras del Absimo, escondiéndose en los jardines exteriores, los cuales todavía no habían sido corrompidos por la oscuridad. Manus se lleva a la princesa a su lugar de reposo y la mantiene allí con la esperanza de que alguien vaya a rescatarla llevando el colgante plateado encima.



Lo que sigue a este suceso es complicado de explicar. Anochecer, o su imagen mejor dicho, viaja en el tiempo hasta la época de nuestro protagonista (el cuál ya ha comenzado su historia, pero su primera aparición en el mundo es ahora, cronológicamente) para pedirle ayuda. Bueno, para pedirle ayuda a un poderoso caballero, al protagonista no le dice nada porque no aparenta ser lo suficientemente fuerte para afrontar los peligros del Abismo. El/la protagonista encuentra el colgante plateado (está en muy mal estado tras el paso de los siglos) y vuelve al lugar en el que aparece la imagen de Anochecer. En su lugar hay una especie de portal oscuro muy sospechoso (el cual se supone que está ahí a causa del viaje de la princesa al futuro). El/la protagonista se acerca al portal, y Manus, que está en el Oolacile del pasado, siente la presencia del colgante y con su enorme brazo derecho atraviesa el portal y fuerza al protagonista a viajar al pasado con la esperanza de arrebatarle el colgante.



En la cuarta parte por fin entra en juego nuestro personaje, aunque su parte en este momento de la historia será breve, ya que terminará volviendo al futuro y nosotros seguiremos el relato cronológicamente.

Secreto: (Pincha para leerlo)


El/La protagonista llega a Oolacile después de ser forzado/a por Manus. Nuestro primer objetivo es sencillo: averiguar dónde estamos.



El primer boss de la zona espera. El Guardián del Santuario es un ser muy similar a los demonios que teme al Abismo. No hay más información registrada sobre esta bestia.



Tras vencer a la bestia nos adentramos en el Jardín del Santuario, lugar en el que nos espera un personaje muy peculiar. La Seta Elizabeth pertenece a una raza distinta a la de los humanos, existen teorías sobre la posibilidad de que las plantas también puedan consumir Humanidades (por ejemplo, las setas y los árboles del Bosque Prohibido). Elizabeth es amiga de la princesa Anochecer, y es en este jardín en el que dicha princesa se escondió antes de ser raptada por Manus. Elizabeth pide a nuestro personaje que derrote a Manus y salve a Anochecer, y siendo quién es, el protagonista acepta (voy a llamarlo "el protagonista" a partir de ahora para no ir barajando sexos).



El protagonista, habiendo aceptado la petición de la seta Elizabeth, atraviesa sin muchos problemas el jardín que separa al Santuario de la ciudad. Pero antes de entrar en el Municipio de Oolacile, nuestro héroe tendrá que enfrentarse a un guerrero formidable...



Artorias, consumido por la oscuridad del Abismo, aparece de la nada y se interpone entre nuestro héroe y su objetivo. Esta batalla será la última para el Caballero del Lobo. A pesar de tener su brazo izquierdo inutilizado, Artorias se sigue presentando como un contrincante más que respetable, atacando con golpes rápidos y contundentes, evadiendo ataques con precisión y moviéndose con un trance hipnótico, como si de un baile se tratase. Pero Artorias sigue siendo mortal, puede sufrir heridas y lucha con la desventaja de tener que blandir su enorme espadón con una sola mano. Su derrota era inevitable. Nuestro héroe descansa y vuelve al lugar en el que se desarrolló la pelea. En el lugar de la muerte del Caballero del Lobo el protagonista se encuentra con Ciaran, la cual se había mantenido cerca de Artorias todo este tiempo, observándolo. Llegados a este punto, el jugador puede irse o puede hablar con Ciaran para descubrir parte de su historia. A partir de este momento no volveremos a saber nada de Ciaran, pero Artorias volverá a aparecer en el relato más adelante.



Nuestro héroe continúa su aventura. Ahora se adentra en el Municipio de Oolacile y comienza a descender hasta el boquete de la celda que lleva al Abismo.

NO CANON: Durante el camino es posible encontrar el colgante plateado que tanto desea Manus, pero parece no tener ningún impacto en los acontecimientos, así que no lo voy a contar como canon.

El protagonista llega a la celda de Manus y se adentra en el Abismo sin pensárselo dos veces.

CANON:Antes de luchar contra Manus podemos encontrar un camino secreto que nos lleva hasta Sif, el Lobo Gris, en su versión cachorro. Sigue bajo la protección del milagro de Artorias, y podemos ver que todavía mantiene el espadón que le fue regalado por su amo. Si matamos a todos los enemigos de la sala, Sif se liberará y ese acontecimiento cambiará un suceso del futuro. Es un pequeño detalle, pero influye en la historia de una manera significativa.

Nuestro héroe llega a la guarida de Manus después de haber atravesado una pequeña legión de siervos del Abismo. El Señor Oscuro agarra a nuestro personaje y lo mete dentro de la guarida, preparado para comenzar un combate muy intenso. Manus desata toda su ira, utilizando poderosas magias negras y una serie de ataques extremadamente rápidos.

Secreto: (Pincha para leerlo)




Una vez derrotado Manus, el protagonista se acerca a la princesa Anochecer, pero esta está traumatizada y no se atreve a hablar. Nuestro héroes sabe que Anochecer estará a salvo, así que sin decir nada más se da la vuelta y parte rumbo al Jardín del Santuario para hablar con Elizabeth. La seta le da las gracias por salvar a su amiga y también le da un pequeño obsequio por las molestias. Una vez terminada la conversación, el protagonista vuelve a su época para continuar con su historia (con suerte comenzará al final de la siguiente parte). Fue nuestro personaje el que derrotó al Señor del Abismo, el que salvó a la princesa Anochecer, el permitió descansar a Artorias... pero el mundo no sabría de sus hazañas. Fue el Caballero del Lobo el que se llevó el reconocimiento, y en honor a su sacrificio el propio Rey Gwyn mandó erguir una hermosa tumba en un prado digno de llamarse "lugar de reposo".



Es verdad que Artorias falló en su intento de parar a Manus, pero opino que se sigue mereciendo la tumba por sus acciones pasadas. Traicionó a su Rey para acudir en la ayuda de sus señoras, protegió a su amiga Ciaran, protegió a su leal amigo Sif, y terminó sucumbiendo al Abismo sin miedo, luchando cara a cara con Manus. La historia que se narra en el DLC pretende hacernos pensar que gira entorno a Manus y nuestro protagonista, pero a mí me gusta pensar que lo que nos narran es la trágica historia de uno de los pocos caballeros puramente honorables del mundo Souls. Un minuto de silencio:





En la próxima parte volveremos al momento en el que Artorias es mandado a morir y seguiremos desde el punto de vista de Gwyn, explicando qué es lo que ocurre en Lordran mientras se desarrollan los acontecimientos de Oolacile y cómo se va todo al garete, preparando así el camino para el comienzo de la aventura de nuestro personaje.

Secreto: (Pincha para leerlo)


Volvemos atrás en el tiempo una vez más, al momento en el que Ciaran y Artorias parten rumbo a Oolacile, y seguimos desde el punto de vista de Gwyn. El Rey está empezando a perder a todas las personas que le importaban: su mujer, su primogenito, su hija, uno de sus mejores caballeros... y para colmo todavía no ha encontrado la manera de entrar en el Mundo Pintado de Ariamis para terminar con Priscilla, la Mestiza. Y esto se mantendrá así hasta el fin de sus días, pues no sabe que para activar el portal del cuadro es necesaria una llave, algo que Priscilla perdió cuándo todavía era muy pequeña.



Secreto: (Pincha para leerlo)


Pero no poder encontrar a su nieta no iba a ser el mayor problema de Gwyn. Las Grandes Almas del Señor empezaron a perder su fuerza, la Primera Llama estaba empezando a apagarse. Nadie sabe por qué ocurrió esto, pero supongo que tiene lógica. "Toda llama que se enciende termina apagándose". La Primera Llama era peculiar, no se le podía echar madera o algún otro tipo de combustible natural para mantener su intensidad, para preservarla era necesario darle lo que se le había arrebatado, una Gran Alma.

Secreto: (Pincha para leerlo)




Pero Gwyn no es el único que posee una Gran Alma. Nito y las Brujas de Izalith también sienten que sus almas se están debilitando. Estas últimas deciden solucionar el problema a su manera. La Bruja de Izalith (la madre), siendo una experta en la ancestral magia de fuego (anterior a las piromancias), cree que puede recrear la Primera Llama sin tener que sacrificar una Gran Alma. Con la confianza de una maestra hechicera y con el apoyo incondicional de sus hijas, la Bruja de Izalith comienza su ritual. Pero el experimento falla, y sin quererlo la Bruja termina desatando las que a partir de ahora pasarían a llamarse "Llamas del Caos". La Bruja, sus seguidores y sus hijas son consumidos por estas llamas, cada uno de ellos viéndose afectado/a de maneras distintas. La matriarca sufre una transformación horrible, muriendo en el proceso. De su espalda brotan "esporas" del Caos que se asientan en la sala en la que se produjo el ritual. Estas "esporas" terminarían convirtiéndose en la madre de todos los demonios (originados por las Llamas del Caos que desatan las Brujas). ¿Su nombre? Lecho del Caos.



Las hijas sufrieron un destino similar. Una de ellas murió sin más; otras dos sobrevivieron y mantuvieron su forma física; dos más se convirtieron en los lechos a la izquierda y derecha de su madre, respectivamente; otra se convirtió en la Descarga Incesante (boss del que hablaremos más adelante); y las dos últimas hijas sufrieron la mutación más "asquerosa" para muchos:





La civilización de Izalith rápidamente cayó presa del Caos, siendo infestada y destruida por los demonios originados del Lecho del Caos y la lava que los acompañaba. Gwyn y un escuadrón de sus mejores caballeros plateados (todos los caballeros "estándar" de Gwyn llevaban las armaduras que vemos en Anor Londo) intentaron contener el desastre, pero muy pronto se vieron superados en número y tuvieron que batirse en retirada. Aquellos caballeros que sobrevivieron a la masacre guardaron como recuerdo de esa derrota sus armaduras ennegrecidas por el fuego y las cenizas. Habían demostrado ser los caballeros más fuertes del reino (depués de sus oficiales de élite).



Los demonios empezaban a salir a la superficie, la Primera Llama se estaba apagando... Gwyn tenía una única opción: sacrificar su Alma para mantener viva la Llama. Dejó a su hijo Gwyndolin a cargo de la capital y se llevó a gran parte de su ejército bajo tierra, al lugar en el que hace casi mil años encontraron por primera vez la Llama. Cuándo devolvió su Gran Alma a su origen, una explosión de llamas inundó la sala y alcanzó gran parte de los alrededores, reduciendo a cenizas a todos los caballeros y dejando en su lugar simples armaduras que vagarían eternamente las llanuras del plando inferior. Gwyn había cambiado. Gran parte de su poder había sido sacrificado para avivar la Llama, y su piel se tornó verde, muerta. Ahora Gwyn volvía a ser un hueco. Él y su civilización llevaban más de mil años viviendo en la Era de la Luz, y el miedo a volver a la Oscuridad hizo que muchos perdieran la cabeza.



Gwyn había desafiado al orden de la naturaleza, había prevenido que llegara la era de la Oscuridad. Esto causó que se propagase la Maldición de los No-Muertos (no se explica el cómo o el por qué). Los No-Muertos eran seres marcados desde su nacimiento por el Símbolo Oscuro. Al morir, su maldición era activada por primera vez y renacían de las llamas de las hogueras ("monumentos" dedicados a la Primera Llama). Para mantenerse sanos tenían que consumir Humanidades (trozos de la Gran Alma Oscura), si no lo hacían terminaban convirtiéndose en Huecos, seres violentos que no se paraban a razonar ante nada. El mundo detestaba a aquellos que eran maldecidos por el Síbolo Oscuro, hasta tal punto que se construyeron asilos y prisiones para mantenerlos encerrados. Pero las acciones de Gwyn hicieron que fuese imposible contener la maldición, y al final prácticamente todo el mundo terminó convirtiéndose en No-Muerto/hueco (es por esto por lo que siempre reaparecen al descansar en las hogueras).



Pasaron mil años más desde que Gwyn se sacrificó para avivar la Llama, y esta volvió a empezar a desvanecerse. Cuándo la Primera Llama se apaga, todos aquellos que han sido marcados por el Símbolo Oscuro sienten la necesidad de acudir a su llamada, está pidiendo un sacrificio. Solo un No-Muerto llegará hasta la Llama, el más fuerte, aquel que posea una Gran Alma similar a la de los Señores.

Aquí empieza el viaje de nuestro héroe:



No hay comentarios:

Publicar un comentario